Buenos días a tod@s!!!

Como persona que soy, en mi experiencia he atravesado muchos momentos, y a parte de momento mágicos también he vivido muchos con mucho sufrimiento, pasando por mi cabeza muchos pensamientos dolorosos, mucho enfado, mucha rabia, mucha pelea conmigo mismo.

Me pregunto, ¿Por qué y para qué tanto dolor? ¿qué es lo que estoy haciendo conmigo? ¿Por qué me trato así? ¿Por qué tanta agonía? ¿Cómo puedo parar esto?

Para mí la respuesta está en mis expectativas. Tenía unas ideas creadas de cómo debían de ser las cosas, de cómo las quería, de cómo tenían que ser para mi… olvidándome por completo de ver cómo son realmente y ahí empezaba mi lucha. Proyectando el dolor fuera, en el tú me haces esto cuando deberías de hacer esto otro, o castigándome con el típico tenía que haber hecho esto o aquello, como has podido volver a hacer esto… mi más común tortura, y con todos mis miedos convertidos en fantasmas libres y acosadores.

No puedo cambiar lo que otr@ hace o piensa, no soy él/ella, no puedo cambiar lo que he hecho, ya es pasado… entonces, ¿qué hago? Clic para tuitear

Lo que yo he descubierto y espero que os sirva, es elegir una opción que me libera, rendirme. Rendirme a lo que es, rendirme a lo que hay, rendirme a este momento, aceptando que esto que está ocurriendo es lo mejor que puede pasarme, aunque no sepa el motivo o no vea el aprendizaje aún, puede que sea lo mejor, porque no puedo saber que va a traer el futuro, ni que Yo saldrá de aquí transformado por todas las situaciones que me envuelven.

Escuchando a Sergi Torres un día, dijo algo parecido a esto que se me quedó grabado: …”como puedo pretender yo, un ser consciente de que existe pero que no sabe por qué existe, tener el poder para decirle a la vida, esa fuerza que lo mueve todo, cómo tienen que ser las cosas o cómo creo yo que deberían ser”… y encima enfadarme o frustrarme porque esta situación debería de ser de otra forma… fue muy revelador para mí, porque es una costumbre muy común, que mi ego tome la decisión de qué es lo mejor para mí, cuando realmente no tengo ni idea de qué soy, y por consiguiente de qué es exactamente lo mejor.

En ese momento en el que acepto la vida tal cual es, en el que me rindo a vivir lo que ahora mismo estoy viviendo, me dispuse a sentir plenamente ese dolor, sin juzgarlo, sin razonarlo, sin buscar explicaciones, creo que cuando lo sientes, cuando vives esta emoción, estas llevando esta oscuridad a la luz, estas descubriéndote y haciendo consciente algo dentro de tí. Sentí una liberación, fue como dejar en el suelo una mochila llena de piedras afiladas y de látigos torturadores.

Los pensamientos de sufrimiento pueden seguir viniendo, pero ahora me paro y les pregunto, ¿lo sabes seguro? ¿es esto lo que va a ocurrir? Y me lanzó a preguntarle… si eres tan listo dime el número del Euromillón … 😀 y ahí desiste, se va, y dejo de engancharme a estos pensamientos que producen mi sufrimiento. Dejo de pelearme conmigo mismo al no querer sentir lo que siento, y se instala en mí una paz y armonía hacia mí mismo, una confianza y una visión amorosa de todo lo que me acontece,  y me libero, me siento un ser libre y privilegiado por tener la oportunidad de existir en este momento.

Deseo que os haya gustado, me gusta compartirme con vosotros. Gracias por compartiros a través de comentarios y/o correos electrónicos.

Gracias por leerme.

Nunca es tarde, SIEMPRE es AHORA.

Un abrazo mágico.

Pin It on Pinterest

Share This