S.O.S. Papá

Hola a tod@s!

Aunque ya ha sido repetido hasta la saciedad, voy a decirlo yo también, ser padre o madre es uno de los retos más difíciles que plantea la vida para cualquier persona y a la vez, una de las más gratificantes.

No pretendo entrar en ningún tipo de debate sobre padres si o padres no, creo ya es bien conocida la importancia de una madre y un padre para el desarrollo de cualquier persona.

Ni tampoco quiero entrar en casos puntuales, mi objetivo con este post es la de motivar a nosotros los hombres a ocupar un lugar en la vida de un ser que está empezando a tener sus primeras experiencias, en una sociedad donde las mujeres han sido maltratadas históricamente, desvalorizadas y desubicadas de su propio ser, podemos aprovechar ahora para ubicarnos nosotros en este papel tan importante para nosotros, como para nuestr@s hij@s y para la sociedad.

Como resultado de numerosas investigaciones realizadas en los últimos tiempos, se ha concluido que el bienestar infantil es el producto de una práctica de buenos tratos en los que intervienen al menos estos tres factores:

  1. Necesidades básicas infantiles.
  2. Las capacidades parentales. (Parentalidad bientratante-Jorge Bradury, 2003)
  3. El contexto social, el entorno.

La Doctora Solín Pontón, psicóloga de la Universidad de París, sostiene que tener un hij@, no significa convertirse automáticamente en padre o madre “la parentalidad” tiene que ver con un proceso eminentemente psicológico que supone un trabajo que los padres hacen sobre si mismos”.

En España hay más de dos millones de niñ@s que viven sin la figura paterna, según datos de la “Plataforma Hombres por la Igualdad”, y aun así, en nuestro país existen muy pocos estudios que demuestren lo que supone la figura paterna, o su ausencia, en el desarrollo integral de l@s niñ@s.

En uno de ellos presentado por “The Family Watch (TFW)”, «La importancia de la figura paterna en la educación de los hijos: estabilidad emocional y desarrollo social», su autora, María Calvo, profesora titular de derecho Administrativo, asegura que la función del padre ha sido devaluada progresivamente.

Existe el «convencimiento generalizado de que el padre y la madre son intercambiables y que ahora el modelo social ideal y dominante es el consistente en la relación madre-hijo». Es decir, el padre se considera prescindible.

Según María Calvo, la incomprensión hacia los hombres «conlleva una serie de efectos perversos» cuyas consecuencias todavía no hemos comenzado a percibir en nuestro país donde las políticas y medidas administrativas siguen dirigiéndose hacia las mujeres.

«Esta ignorancia puede provocar un desequilibrio en la sociedad de consecuencias muy graves en un corto plazo si no se toman medidas antes de que sea demasiado tarde», advierte esta profesora.

Las funciones que un padre puede aportarle a un/a hij@, pueden ser múltiples, en función de los casos, pero sí que hay algunas funciones principales que según los estudios se le aportan:

  • Aporte de identidad. Conciencia de ser un ser individual, independiente, le confirma como un ser con vida propia.
  • El aporte de seguridad. Un padre amoroso le demuestra que el amor hacia él está garantizado y no solo depende de la madre. Puede vivir tranquilo.
  • La introducción del hijo en la realidad. Al ejercer de ruptura del binomio madre-hijo, el padre lo introduce en la realidad externa y lo ayuda a dirigirse hacia su destino.

Mi vida y mis elecciones me llevaron a ser padre soltero cuando mi niño tenía unos 7 meses de vida. Fue difícil, para mí, aunque viéndolo ahora sé que fue la mejor decisión para ambos.

Fueron noches de muchos miedos, de muchos fantasmas y fantasías caóticas en las que no me veía preparado y en las que me paralizada y no sabía qué hacer. En otras mi imaginación llegaba hasta crear imágenes tan dolorosas y con tanto miedo que sólo podía pedirle perdón a mi hijo por si pasaban, y esperar despierto bien alerta para evitarlas. Biberones, cacas, llantos, fiebres, mocos, diarreas…

Todo eso combinado con mis trabajos y mis estudios hacían que mis días pasarán a toda velocidad sin apenas aliento para mucho más.
Pero pasó. Y aprendí. Y sigo aquí.

Y todo lo que ocurrió no fue solo eso, también  y gracias a mi presencia en la vida de mi hijo, pude disfrutar en primera persona de sus primeras palabras, que fueron “Papá”, de sus primeros pasos, que fueron en el salón de casa, de su primera caca en un wc, sus primeros cánticos armónicos, de infinitas primeras veces que él me ha regalado y yo con mi compromiso he permitido vivir y experimentar con él.

Ahora tiene 2 años y 5 meses. Ya corre como un rayo, maneja su moto como si tuviera motor, ya se ríe a carcajada limpia con mis bromas,  habla e identifica un montón de cosas, pregunta por sus seres queridos,  baila cada vez que oye una nota musical.

Ya come solo,  me ayuda a recoger la mesa,  me pide ir a dormir cuando está cansado,  me pide bañarse conmigo por las mañanas,  quiere que me siente a jugar con él a los coches o a cualquier otro juego que se me ocurra, a él le vale, solo quiere estar conmigo, sea jugando o viendo una peli sentados en el sofá, comiendo palomitas, sacando a nuestra perra, visitando a nuestros amig@s …

Es feliz. Lo sé. Y no puedo expresar el sentimiento que hay dentro de ti cuando eso ocurre, cuando sabes que tu hij@ es feliz.

Por eso, ya no solo por y para nuestros hij@s, para nosotros mismos, nosotros los Papás. Porque el sentir esa sensación te transforma, sentir eso te hace saber que tienes el poder más maravilloso que puede existir en esta vida, hacer feliz a un/a niñ@. Y todos podemos. Sintámoslo. Vivámoslo. Sintamos la fuerza que hay dentro de nosotros. Recordándola, no nos faltará de nada y nuestra vida cobrará mucho, mucho más sentido. Es una responsabilidad pero también un privilegio.

Si nosotros los hombres, tomáramos más consciencia de que dentro de nosotros tenemos el poder de crear, que nuestro cometido en el mayor y más milagroso proyecto que la vida nos regala, es igual de importante que el de la mujer, si cada día le regalamos a nuestr@s hij@s nuestra mejor versión, si les damos nuestro amor, nuestro cuidado, nuestra atención, nuestra presencia, si les acompañamos, si les respetamos, si les amamos, con todo lo que somos, si recordamos que somos igual de importantes en la crianza y no caemos en la comodidad de ceder ese papel a las mujeres, si lo compartimos con ellas…

¿Qué cambiará en nosotros? ¿Cómo crecerán nuestrxs hijxs? ¿Cómo será la nueva sociedad que vendrá?

Seamos padres.
Ejerzamos de padres.
Responsabilicémonos de nuestro poder.
Creamos en nosotros.
Vivamos ese sentimiento.
Un abrazo para los que ya lo son.
Un abrazo para los que lo van a ser.
Un abrazo para los que quieren serlo.
Un abrazo para los que creen que no la han sido, porque a partir de hoy lo van a ser.

Nunca es tarde, SIEMPRE es AHORA.

Un abrazo,

Vicente Casaña

Foto de Jude Beck en Unsplash

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